viernes, 25 de septiembre de 2009

En 10 dias ya no contagio.

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FOTO | VALERIA FIORINI

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Faltan 10 días
Dejemos que duerman
Que les caiga la baba
Flujos y nanas
Poción del deseo
Al final, miralo
Estaba dentro tuyo
El remedio

ya no contagio

reservá tu lugar en el estreno

Domingo 4 de octubre
22hs
Castorera | Dique Cultural

reservas solo por mail:
reservascastorera@gmail.com

YNC

1 comentario:

  1. El pasado viernes 4 de junio me acerque a al Payro a ver la puesta. Al salir impulsado por la deconstrucción de mi representación de una de sus actrices, a quien creía conocer y deslumbrado por su presencia. Sumado a una tormenta de ideas, disparadas por la obra, senti una necesidad de escribir extraña en mi.
    Me voy a sentir libre de expresar mi experiencia tomando de punto de partida las palabras de su director que “prefiere la opinión de los demás”.
    Ambientado en un espacio entre estéril y vacío de contenido; con una estética futurística muy de los noventa, recrea una escena postmoderna de una “célula” (como se autodenominan) de jóvenes que conviven en un espacio que no reconoce límites entre lo público y lo privado expuestos a la mirada de la “audiencia” que define el existir de nuestros protagonistas cuestionando conceptos de realidad y existencia a partir de la mirada de los otros.
    Pone de manifiesto mecanismos de construcción social de culturas y subculturas, evidenciando códigos que aportan a la conformación de tribus sustentadas en sistemas de valores propios, donde el incesto, entre otros, es posible. Y cada individuo, a pesar de no contagiar o gracias a ello, condiciona la conducta del otro conectándose a través del contacto físico que desplaza la verbalización y percepción de las emociones. Conformando una “célula” que funciona sostenida por las acciones, que como decía, solo tienen existencia bajo la mirada de los otros la audiencia y las palabras adquieren contenidos de “una internet” omnipresente a través de una voz en off que todo lo invade. Las “estructuras” que le dan sentido a esta célula, alienadas en el continuo cotidiano, pierden el contacto consigo mismos y su razón de ser. Y si las emociones atentan desestructurantes del orden establecido alcanza con resetearnos.
    Quiero aprovechar estas líneas en el ciber espacio para saludar al director y al elenco de una obra que lejos de resultarme una comedia, a pesar de haberme reído, me llego crítica y comprometida.
    Jesse Maid

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